sábado, 29 de mayo de 2010

Ego (1)

Es el sonido de este enjambre
golpea mi cabeza, y me retuerce, y siente hambre
subido en la marea que solo mece este mar de calambre
me arde la conciencia cuando entro
yo que solo se llorar por dentro
vigilo la presión de mi ataúd, o es lo que intento
conozco mi talento, mi virtud, y mi defecto
y el eterno rechistar de la actitud al que me enfrento
en este azul baúl de invierno, ¡que no deja volar!.

Yo tengo una vida fabricada con sentencias
está tiñendo gris este cielo de apariencias
de mis carencias de triste arrepentido
por inercia voy perdiendo el sentido
me siento solo y escribo, decido cada verdad
reacio a mi soledad, en un palacio edifico
cada sonámbulo grito, medito por no escapar
estaba escrito, mi delito es una estrella fugaz.

Yo solo evito, ser uno más que juzgue
ya tuve muchos sueños y por eso mis delitos fueron dulces
di de bruces, con luces que querían ser estrellas
vendían la brillante por vasos o botellas de cristal
de una vida espiral, nos veremos al final
de este vaso a punto de consumirse, es igual
el próximo tren va a efectuar
su entrada en la estación y yo no quiero bajar de este lugar
borracho y apartado de los focos
el lenguaje del carisma está hecho para pocos
y arte es la manera que tuvimos de hablar
lo que olvidamos lo de cuerdos y no oímos lo de locos.

Encerrado en la nostalgia que provoca esta angustia
hago magia para evitar la asfixia
la industria de sueños que ha creado mi anorexia
acaricia una bestia que hace vomitar mi rabia
tengo un ego bulímico que aprieta
los dedos de mi inmadurez al paladar de cada meta
que me puse, y la casilla de salida está ocupada
ya usé mis comodines y ahora no me queda nada que apostar.

Todo por decir, mucho que olvidar
y millones de lugares donde ir
yo se que hablo para afuera pero grito para adentro
y sentencio, ¡en mi paraíso de silencio!
Tengo una obsesión con la felicidad en vida
cierta aversión hacia el dolor y no la muerte
con la convicción de bala perdida
hoy vine a verte, descalzo y apartado de la gente.

Diluvia el latir de las gotas de este mar
de niño sueñas vivir, de adulto quieres soñar
y ¿Qué nos queda?, algo de beber en la encimera
y un reloj que por más que le grito no sabe esperar
Dos primaveras, un verano con frío,
he regalado el otoño, pero el invierno es mío
en el ocaso de esta mente enamorada del lenguaje
por si acaso siempre tengo listo el equipaje.[...]



Crema

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