miércoles, 22 de febrero de 2012

No es planeta para sueños

Como el árbol que crece sin saber que nace gracias, entre otras cosas, a su utilidad ornamental, y no por formar parte de la naturaleza. Como el animal que crece en casa por servir de compañía a alguien, sin importar que la mascota no conozca a su familia. Como el animal salvaje que vive tranquilo hasta que castigan su hogar con cemento y asfalto.

Todo ahora es abarcado por el ser humano, todo es relativo para el ser humano, todo es útil si lo es para el ser humano, sin importar los demás seres que viven en la naturaleza. Ser humano.

Nos hemos olvidado de la poesía que vive en la naturaleza y en los sentimientos. Hemos optado por dejar de vivir y hacer que otros dejen de vivir, hemos elegido ser esclavos de nosotros mismos, de una esclavización impuesta por esclavos.

Hemos perdido la luz. Como cuando nos apagan la luz en una habitación cerrada y desconocida, destrozamos todo con nerviosismo para encontrar el interruptor.


No sé si tendrá un buen final, pero yo sigo en mi camino.

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